El tratamiento de varices con laser consiste en esclerosar el vaso dañado mediante la introducción de la fibra óptica dentro del calibre del mismo. A través de esta se dispara el laser para provocar el sellado del vaso en cuestión.
El procedimiento se lleva a cabo con anestesia local, en el quirófano, de manera ambulatoria.
Es un tratamiento de muy buena evolución absolutamente indoloro para el paciente.